Read Ebook: Más vale maña que fuerza Proverbio en un acto; with notes exercises and vocabulary by Tamayo Y Baus Manuel Conant Carlos Everett Editor
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Ebook has 1533 lines and 16116 words, and 31 pages
M?S VALE MA?A QUE FUERZA
EXERCISES IN COMPOSITION
VOCABULARY
M?S VALE MA?A QUE FUERZA
PERSONAJES
ELISA
JUANA
ANTONIO
MIGUEL
M?S VALE MA?A QUE FUERZA
ACTO ?NICO
Habitaci?n decorosamente amueblada. A la izquierda una chimenea, y sobre ella un espejo; dos butacas al lado de la chimenea; un balc?n; a la derecha, dos puertas; un piano; un velador con un quinqu? encendido; un costurero, libros y otros objetos; puerta en el foro.
#Escena primera#
Las nueve y media. Las nueve y media, y no vuelve a?n. Todo el d?a ha estado inquieto, receloso; no bien acabamos de comer se fu? a la calle, dici?ndome tan s?lo un adi?s tan fr?o como la nieve.... ?Si hubiese empezado ya a perderme el cari?o!... ?Tan pronto! ?Qu? infundado recelo! Sin embargo, Miguel y Juana se casaron al mismo tiempo que nosotros, y a estas fechas no se mueren ciertamente de amor. S?; pero Juana tiene un car?cter insufrible, quiere esclavizar a Miguel, y yo, por el contrario, nunca he re?ido con mi Antonio, jam?s le he dado el menor disgusto. Desdicha es que vivan en esta misma calle; as? rara vez transcurren veinticuatro horas seguidas sin que alguno de ellos venga a referirnos sus desventuras, y Antonio pudiera al fin contaminarse con el ejemplo de un matrimonio tan mal avenido. Soy injusta con ?l. Siempre me querr?.... ?Siempre? No haberse acordado de que hoy es el segundo aniversario de nuestro enlace.... ?Bah! ?Los hombres tienen tantas cosas en que pensar! Bien pod?a yo haberle dicho: <
#Escena 2#
ELISA y JUANA
JUANA . ?No sabe usted que para m? siempre est??
ELISA. Es Juana. A estas horas....
JUANA . ?Qu?tese usted de en medio, tonto!
ELISA. ?Qu? fastidio!
JUANA . ?Ay, hija, qu? criado el tuyo tan mal criado! Milagro ha sido que no le d? un empell?n.
ELISA. Como no me gusta recibir a nadie de noche estando sola....
JUANA. Bueno y santo que no hubiera dejado entrar a un hombre; pero a una mujer, a una amiga.... Es muy bruto, hija, ?muy bruto! ?Sabes a lo que vengo?
ELISA. Ciertamente que no.
JUANA. Dif?cil es que te imagines.... Pero a ver, criatura, dame una silla, que no puedo tenerme en pie. ?Ay!
ELISA. ?Te sientes mala?
JUANA. ?Jes?s, muy mala! Ni s? yo c?mo hay una sola mujer con vida. ?Qu? hombres! ?Qu? hombres tan malditos!
ELISA. Pues ?qu? ocurre?
JUANA. Nada.... Friolera.... ?Uf! ?Qu? calor hace esta noche!
ELISA. ?Calor? ?En el mes de febrero?
JUANA. El que tiene ira est? siempre en agosto.--Oye. Desde la infancia nos conocemos; a un tiempo fuimos novias de hombres a quienes por su ?ntimo trato llamaban los inseparables; nos casamos con ellos el mismo d?a, y estas circunstancias, en mi opini?n, deben inducirnos a proceder de acuerdo en nuestra conducta de mujeres casadas y a prestarnos mutuamente ayuda contra los enemigos.
ELISA. ?Los enemigos?
JUANA. Nuestros maridos, lo mismo da.
ELISA. ?Ah!
JUANA. ?Oh! Pues has de saber por la mayor ventura del mundo que Miguel es un grand?simo brib?n....
ELISA. Aprensiones tuyas.
JUANA. Y Antonio otro que tal.
ELISA. Ni de chanza me gusta o?r....
JUANA. S?, que yo soy chancera. Porque siempre est? haci?ndote mimos y caranto?as, te parece un bendito. Del agua mansa nos libre Dios, dice el refr?n. Esos hip?critas y cazurros tienen el demonio en el cuerpo.
ELISA. Con tanto hablar, a?n no me has dicho la causa de tu venida.
JUANA. A eso voy; pero dame antes una silla si no quieres que me caiga redonda. Gracias. ?Entiendes de pulso?
ELISA . No.
JUANA. Debo tener un poco de destemplanza. Como soy tan nerviosa, cualquier disgusto me pone fuera de m?.
ELISA. ?Acabar?s de explicarme qu? ha sucedido?
JUANA. Ver?s. Ya con el sombrero en la mano para irse a la calle, har? poco m?s de una hora, me dijo Miguel que el Ministro de la Gobernaci?n le ten?a citado para esta noche a las doce, y que a las diez y media volver?a a casa a vestirse, advirti?ndome que los ministros suelen citar a las doce y recibir a las tres o las cuatro de la madrugada. Mira qu? gracia de ministros. Se le ha puesto ahora entre ceja y ceja ser diputado. ?Para qu? quer?a yo m?s d?a de fiesta! Bastantes discusiones tenemos en casa. Lo de la cita del ministro no me di?, sin embargo, buena espina. Sigo la m?xima de que las mujeres no deben creer nada de cuanto les digan sus maridos. Pues no bien se march?, entr? en su cuarto, abr? el caj?n de su mesa.... El muy tonto los deja siempre cerrados; pero como contra siete vicios hay siete virtudes, yo, contra siete llaves que cierran tengo siete que abren.
ELISA. Muy mal camino sigues, Juana.
JUANA. As? descubrir? algo de lo que me quiera ocultar.
ELISA. Y ?por qu? ha de querer ocultarte nada?
JUANA. Porque no hay marido en el mundo que no tenga algo que ocultar a su mujer. ?Cosa m?s sabida!... ?Qu? gusto el m?o si le pillara una cartita de amor!
ELISA. Sin duda que pasar?as un rato muy divertido!
JUANA. Y ?qu? buen sofoc?n le hab?a de dar!
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