Read Ebook: Más vale maña que fuerza Proverbio en un acto; with notes exercises and vocabulary by Tamayo Y Baus Manuel Conant Carlos Everett Editor
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Ebook has 1533 lines and 16116 words, and 31 pages
JUANA. Y ?qu? buen sofoc?n le hab?a de dar!
ELISA. ?Y qu? lograr?as con eso? Vamos a ver.
JUANA. D?rsele.
ELISA. ?Y luego, Juana, y luego?
JUANA. Luego ... le dar?a otro.
ELISA. Considera que la prudencia es virtud que una buena esposa debe ejercer a toda hora con af?n incansable; considera que el v?nculo del matrimonio liga indisolublemente al marido y la mujer como si los convirtiese en una sola persona.
JUANA. ?Ay, hija! Si algunas veces nos oyeras re?ir, creer?as que mi marido y yo somos un batall?n. Pero, como iba diciendo, abr? un caj?n de su mesa y encontr? esta cartita. ?Conoces la letra?
ELISA. De Antonio.
JUANA. Del mismo que viste y calza. Lee.
ELISA. Esa carta no es para m?.
JUANA. ?Cu?nto repulgo de empanada! <
ELISA. Sea todo por Dios. Lo siento.
JUANA. Sea todo por Dios. Lo siento. Tu flema es singular. Truena como yo, y hagamos siquiera uso del derecho de pataleo.
ELISA. ?Y por qu? he de enojarme? Lo siento, porque preferir?a que se estuviese aqu? conmigo, y porque esta noche precisamente se me hab?a ocurrido prepararle una cena, sin que ?l lo supiese; pero si quiere irse a las m?scaras, v?yase en hora buena y cumpla su gusto, que en eso cifro yo mi ventura.
JUANA. No es posible o?rte sin que se le encienda a una la sangre. A fe que si no llevaras ya dos a?os de casamiento, cualquiera dir?a que est?s enamorada de tu marido.
ELISA. Y cualquiera que lo dijese dir?a la verdad. No es ciertamente mi cari?o amor de melodrama, rabioso y alborotador, capaz de buscar remedio a sus desdichas en un pu?al o en una caja de f?sforos de Cascante; pero lejos de entibiarse con el trato ?ntimo y diario de marido y mujer, halla en ?l su m?s firme apoyo, su incentivo m?s eficaz; y si no tengo venda en los ojos que me impida ver los defectos del ser amado, tengo en cambio paciencia y resignaci?n para sufrirlos sin disgusto, antes bien con satisfacci?n y alegr?a. Amor es el m?o, como ves, muy plebeyo y prosaico, amor a la pata la llana, que sentir? con igual fuerza mi coraz?n cuando la vejez arrugue mi piel y llene de canas mi cabeza. ?Te r?es? ?Crees que una vieja enamorada ser?a cosa inveros?mil y extravagante? Los afectos desordenados, ?nicamente en la juventud merecen disculpa: un sentimiento puro y honrado, a todas las edades les est? bien. Amor reprobado por la conciencia, dura poco; amor bendecido de Dios, puede durar eternamente.
JUANA. M?sica celestial, y nada m?s que m?sica celestial.
ELISA. No seas hip?crita de vicio. ?Acaso t? no amas tambi?n a tu marido?
JUANA. ?Yo amar a mi marido? ?Qu? gracia! ?Pues no estar?a malo! Estas palomitas sin hiel son las que echan a perder a los hombres. Si todas tuviesen mi fibra y mi modo de pensar, ?pobres de ellos! Nos temer?an como a una espada desnuda.
ELISA. El miedo hace esclavos: la esclavitud hace rebeldes.
JUANA. ?Que si quieres! Con el l?tigo y la espuela y el freno se doma a un caballo.
ELISA. Ya; pero como mi marido no es caballo....
JUANA. Por eso hay que tirarle m?s de la cuerda. Si Miguel no tuviese tanto miedo, ?qui?n le sujetaba a mi lado?
ELISA. Antonio se complace en estar conmigo, y los medios de que para conseguirlo me valgo son muy diferentes.
JUANA. A ver, a ver.
ELISA. Disponer las cosas de manera que en ninguna parte se halle tan a gusto como en su casa, quererle m?s cada d?a y respetar en todo su voluntad.
JUANA. ?Aunque se le antoje ir a las m?scaras?
ELISA. Haga el cielo que nunca se le antoje cosa peor.
JUANA. Mira que si a un marido se le deja pasar la primera, luego no hay forma de atarle corto.
ELISA. Como yo no quiero atar el m?o corto ni largo....
JUANA. Mira que un bailecito de m?scaras puede traer mucha cola.
ELISA. Ni Antonio ni Miguel est?n ya en edad de hacer el oso.
JUANA. Forzosamente han de hacerle hasta que se mueran. ?Si el hombre no es m?s que un oso disfrazado!
ELISA. ?A todos los tienes por iguales?
JUANA. Por iguales, no. Unos son malos....
ELISA. Y otros buenos.
JUANA. ?Bueno? Ninguno.
ELISA. Pues el que no es malo, ?qu? es?
JUANA. El que no es malo, hija m?a, es peor.
ELISA. M?rame.
JUANA. Ya te miro.
ELISA. ?Qu? tal te parezco?
JUANA. Pasaderilla.
ELISA. ?Nada m?s?
JUANA. ?Ay, qu? fatua!
ELISA. Ser?a hacerme poco favor suponer que Antonio puede enamorarse de otra tan f?cilmente.
JUANA. Es que para un marido toda mujer lleva a la suya una gran ventaja.
ELISA. ?Cu?l?
JUANA. La de no ser suya.
ELISA. Cada loco con su tema. De almas nobles es confiar.
JUANA. Y desconfiar de gente avisada.
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