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Read Ebook: An Introduction to the Study of Comparative Religion by Jevons F B Frank Byron

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Ebook has 753 lines and 80576 words, and 16 pages

Nota del Transcriptor:

Se ha respetado la ortograf?a y la acentuaci?n del original.

Errores obvios de imprenta han sido corregidos.

P?ginas en blanco han sido eliminadas.

Las versalitas han sido sustituidas por letras may?sculas de tama?o normal.

GRANADA

GRANADA

POEMA ORIENTAL

PRECEDIDO DE LA

LEYENDA DE AL-HAMAR

POR

DON JOS? ZORRILLA

TOMO PRIMERO

NUEVA EDICI?N

MADRID

IMPRENTA Y LITOGRAF?A DE LOS HU?RFANOS

M?s de cuarenta a?os hace que sali? ? luz este POEMA; y aun cuando su numerosa edici?n fu? bien pronto agotada por el p?blico, no ha vuelto ? imprimirse. Vicisitudes de la vida del autor y vicisitudes del POEMA mismo, cuyo tercer tomo se anunciaba constantemente aunque nunca llegara ? escribirse, fueron causa de que la obra m?s extensa de Zorrilla, y en que ?l cifraba mayor empe?o, sea hoy un libro raro, casi desconocido de la generaci?n actual.

La viuda del gran poeta dese? reimprimir los bell?simos versos del GRANADA, en memoria de su amante esposo y como legado que ?l dej? para auxilio de una numerosa familia; pero su intento hubiera sido est?ril sin el noble concurso de que la propia interesada da raz?n m?s adelante.

Esta obra, pues, no sale nuevamente al p?blico para pedir lauros nuevos ? la cr?tica, sino para propagar su lectura entre los que s?lo conocen de ella que el peregrino ingenio ? quien se debe lleva por sobrenombre EL CANTOR DE GRANADA.

CARTA

EXCMO. SR. D. JOS? MART?NEZ DE RODA

SENADOR POR LA PROVINCIA DE GRANADA

Madrid 1.? de Junio de 1894.

MI DISTINGUIDO SE?OR Y AMIGO: No s? c?mo manifestar ? Ud. mi agradecimiento por el favor que me hace publicando el POEMA de mi difunto esposo. Demuestra Ud. con ello ser digno hijo de la hermosa comarca que ?l cant?, ? la vez que consecuente con la amistad que Zorrilla le tuvo, y de la cual dej? prueba consignando sus ?ltimos versos en el ?lbum de la Ilustre Se?ora ? quien Ud. ha dado su nombre.

Gracias, pues, de mi parte, as? como de las hijas adoptivas del poeta, favorecidas todas por su generosidad; y aun cuando me consta que Ud. deseaba ser nuestro protector an?nimo, yo creo de rigurosa justicia hacer p?blica esta carta en las primeras p?ginas del libro, como muestra de un reconocimiento que conservar? siempre vivo en su coraz?n la que hoy se le ofrece amiga y servidora, q. b. s. m.,

Este Poema es propiedad de la viuda de Zorrilla, sin cuyo consentimiento no podr? reimprimirse, ni en todo ni en parte.

Queda hecho el dep?sito que previene la ley.

JUICIO ANTICIPADO DE ZORRILLA

SOBRE SU OBRA

Hab?a pensado anteponer ? mi poema un acad?mico y razonado discurso en forma de pr?logo, obra desde luego de alg?n amigo m?o, persona de alta reputaci?n literaria y de grande autoridad, para que le sirviese de escudo y protecci?n y previniera en su favor la opini?n p?blica, manifestando abiertamente la parcialidad de la suya; pero he desistido de semejante pensamiento, porque he reflexionado que, si el poema fuere bueno, no necesitar? de protecci?n; y si fuere malo, no bastar?n para protegerle todas las autoridades reconocidas de la Cristiandad y del islamismo.

El que crea, sin embargo, que con ?l pretendo realizar la novena maravilla , y asombrar al mundo con un poema ?pico, est? en un error, y me honra mucho suponi?ndome tan sobrado de alientos. Mi obra, ? la cual notar? el discreto que llamo POEMA ORIENTAL, no es m?s que una enorme leyenda, en la cual otro ingenio m?s competente hallar? reunidos los materiales necesarios para construir el cl?sico edificio de la magn?fica epopeya encerrada en la ?poca de la conquista de Granada. Avergonzado al ver que extranjeros autores han llamado antes que nosotros ? las puertas de la Alhambra, ya con el grosero aldab?n de la novela descabellada ? insulsa, como Flori?n, ya con el martillo de la juiciosa y galana historia, como Washington Irving, heme arrojado ? abrir el cancel de su misterioso alc?zar al genio feliz ? quien sea dado apoderarse de su encantado recinto.

Tales son, y no otras, las limitadas pretensiones de mi POEMA.

FANTAS?A

Bruselas, 21 de Febrero de 1852.

AL SE?OR

DON BARTOLOM? MURIEL

EN PRENDA DE AMISTAD

Fantas?a

?Imaginas que son, Muriel amigo, Barreras para m? tiempo y distancia? ?Piensas que porque Flandes me da abrigo, Mientras t? habitas en la inquieta Francia, Mi voz no puede platicar contigo, Mi pie no puede visitar tu estancia? ?Error! Por ti los imposibles puedo, Y aunque de Francia parto en Francia quedo.

?No sabes que el poder de los poetas Es inmenso, Muriel: que cuanto tocan Hechizan con su magia: que, sujetas ? su poder, las almas se convocan ? oirles: que con pr?cticas secretas Hablan con el ausente, al muerto evocan, Reedifican de un soplo las ciudades Y hacen retroceder ? las edades?

?Sus ?rdenes no sabes que obedecen Ej?rcitos de genios que ? millares Amigos por doquier les favorecen, Haci?ndoles los montes y los mares Transponer: que doquiera se aparecen Sin respetar ni tiempos ni lugares: Para quienes no hay diques, ni barreras, Polic?as, aduanas, ni fronteras?

?M?sero amigo m?o! ese medroso S?n que ? los pies de tu callado lecho Percibes con pavor, que tu reposo Turba agitando tu apenado pecho, No es del chisporroteo bullicioso Que alza tu lamparilla, en el estrecho C?rculo ahogada del cubierto vaso: Es el rumor de mi imprevisto paso.

Soy yo, que los espacios transponiendo De mi secreta magia con el arte, En alc?zar fant?stico pretendo Tu cairelado lecho transformarte. Soy yo, Muriel, que, ante tu faz abriendo Su dorado cancel, voy ? guiarte ? trav?s de una espl?ndida morada Por misteriosos seres habitada.

S?, yo soy quien asalto tu aposento. Despierta, pues; la inspiraci?n ahora En mis entra?as inflamarse siento Con fuego creador que las devora. Incapaz de guardar mi pensamiento El tropel de delirios que atesora, Va ? romper impetuoso sus barreras Y ? lanzar en la sombra sus quimeras.

Yo, poeta que al mundo fu? evocado Del fondo de una abierta sepultura, Camino de fantasmas rodeado, Sue?os de mi creencia y mi locura. Manes que sus sepulcros han dejado Para seguirme por la tierra obscura, Conmigo van y con mi aliento aspiran, Doquier me cercan y doquier me inspiran.

Sobre sus alas con errante vuelo Los antros m?s rec?nditos visito, De la pasada edad levanto el velo, En sus viejos alc?zares habito, El sue?o de sus h?roes desvelo, Sus caballeros ? la lid concito, Y al eco audaz de mi inspirado acento Acuden cabalgando sobre el viento.

? veces ? la luz de las estrellas, Por una soledad no conocida Ni habitada jam?s, sigo sus huellas Escuchando el relato de su vida En una lengua cuyas frases bellas Una armon?a exhalan nunca o?da, Y sin auxilio de palabra ? letra En mi encantado coraz?n penetra.

En aquellas fant?sticas regiones El tesoro riqu?simo se encierra De aquellas misteriosas tradiciones Que la historia veraz de s? destierra, M?s que de sus rec?nditos rincones Tenaz la poes?a desentierra, Y que, al amparo de la fe y del arte, Forman en su regi?n un mundo aparte.

All? est?n las trist?simas bellezas Que lloraron inc?gnitos amores: Los h?roes sin prez cuyas proezas No ensalzaron jam?s los trovadores: Armado el palad?n de todas piezas, Coronadas las v?rgenes de flores, Tendidos los de Oriente sobre chales Ornados con moriscos almaizales.

All? est?n las pur?simas mujeres Que, encerradas en santos monasterios, Conversaron del cielo con los seres De la virtud sondando los misterios: Que oyeron en sus m?sticos placeres De los santos Querubes los salterios Y cuyo coraz?n, libre de amores, Se espig? y se sec? como las flores.

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