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Read Ebook: Catálogo Monumental de España; Provincia de Álava Inventario general de los monumentos históricos y artísticos de al nación. by Castro Crist Bal De

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Ebook has 740 lines and 33548 words, and 15 pages

En la guerra con la primera Rep?blica francesa, por los a?os de 1795, el ej?rcito franc?s, vencido en Azc?rate, fu? perseguido hasta Alegr?a y obligado a abandonarla.

En la guerra civil de los siete a?os, el 27 de octubre de 1834, se libr? tambi?n en la villa un combate sangriento, que ocasion? la c?lebre derrota de los liberales al mando del brigadier O'Doyle, por los carlistas que mandaba Zumalac?rregui. Las bajas liberales fueron m?s de 1.000 muertos, y las de los carlistas, m?s de 700.

ERMITA DE NUESTRA SE?ORA DE AYALA.

El monumento m?s caracter?stico y notable de esta villa hist?rica es, sin duda, la ermita de Nuestra Se?ora de Ayala, uno de los contados templos rom?nicos que se conservan sin huellas de reconstrucci?n, ni en su fachada, ni en su p?rtico.

Tanto el citado Sr. Apraiz, como D. Federico Bar?ibar, la diputan por una verdadera joya. Y el ilustre arquitecto D. Vicente de Lamp?rez, que tan sabia y prolijamente la describi?, tambi?n proclama las bellezas caracter?sticas de su p?rtico.

Por la parte del Mediod?a, entre un verde pretil de rosales y los penachos de ramaje de alg?n ?rbol, blanquea la gentil arcada de su p?rtico.

Forma el p?rtico como el primer cuerpo de la f?brica y est? adosado a ella, m?s bajo, y recubierto de un tejado sin cornisa, ni canecillos, ni impostas de ninguna especie.

Tres arcos de elegante y severa faz, apuntados ligeramente en ojiva dos de ellos, y el tercero, desarrollado en la natural curva rom?nica, prestan su luz al p?rtico de la ermita. Los dos de los extremos, tapiados en su base por gruesos muros, ostentan verjas de barrotes primitivos; el arco central tiene tres escalones que dan acceso al interior del p?rtico.

Los pilares de tan severa arcada forman un haz macizo de columnas sencillas, rematadas en capiteles muy de la ?poca, y el tono general de la fachada, por la disposici?n de sus elementos y el orden primitivo de la siller?a, es de un car?cter sorprendente.

El interior del p?rtico ofrece las bellezas de sus tres arcos y la adustez de sus paredes lisas. El lienzo que es frontero de la arcada nos presenta la puerta del Santuario , enriquecida con cinco ?rdenes de columnas que descansan en basamentos de rica talla y terminan en capiteles de un ajedrezado pur?simo.

El interior del templo ofrece ya, en el desarrollo de sus columnas y en la resoluci?n de sus b?vedas, la influencia ojival. La nave donde, en un altar de talla relativamente moderna est? Nuestra Se?ora de Ayala, no conserva apenas car?cter rom?nico.

En el ?bside semicircular abre una ventana de arco muy abocinado y ojival.

OBJETOS ART?STICOS.

Existen en la ermita, a uno y otro lado del altar de Nuestra Se?ora, dos lienzos de factura muy diferente, pero de cierto m?rito los dos. El de la izquierda representa la Coronaci?n y el de la derecha la Concepci?n de Nuestra Se?ora. A pesar de los buenos oficios del arcipreste de Alegr?a, D. Galo Ladr?n de Guevara, y de nuestros esfuerzos propios, nos fu? imposible discernir sobre los autores, aun cuando no fuera arriesgado el asentar que son por su factura dos lienzos de distinta mano, por m?s que en el asunto y ejecuci?n parezcan de la misma escuela espa?ola.

En la dicha iglesia parroquial nos mostr? su amable Arcipreste unos santorales, con las hojas de piel, verdaderamente extra?os y curiosos.

A m?s, en la parroquia de Ech?barri-Urtupi?a, hay un cuadro en relieve sobre madera, <>, y un cop?n, de plata, con tallas de indudable m?rito.

Ni la iglesia parroquial, donde no hay nada de notable m?s que el relieve de piedra ya descrito, ni las ermitas de San Miguel de Henayo, de Nuestra Se?ora de Larraza, de San Juli?n, de San Pedro Larraz y de San Mart?n--todas ellas muy semejantes por su insignificancia,--ni el convento de las Clarisas, donde no fu? posible alcanzar visita, a pesar de los buenos oficios del Arcipreste, merecen singular menci?n.

AMURRIO

EL PUEBLO.

Est? situado Amurrio en una llanura rodeada de monta?as; tiene 98 casas y cerca de 500 vecinos, que se dedican a la agricultura y ganader?a.

Se compone este Municipio de los lugares, aldeas y barrios de Amurrio, Aldama, Alday, Alturriaga, Arisqueta, Arrechoncho, Arrieta, Berganza, Cerrajer?a, La Calle, Landaburo, Larra, Mend?jur, Olaco, Onso?a, Or?e, Oscate, Pardio, Sagal?bar, Sargarribay, San Roque, Saracho, Ugarte y Zamora, los cuales, esparcidos por el t?rmino, en la llanura de sus prados, ofrecen un hermoso y pintoresco panorama.

HISTORIA

La fundaci?n de Amurrio es antiqu?sima, tomando parte en las obscuras epopeyas de los primeros tiempos de la invasi?n goda. Los anales y cronicones registran este nombre de Amurrio junto al de merindades y cofrad?as de la Reconquista, sobresaliendo el nombre del fundador de la casa-solar de Mariaca, D. Juan de Mariaca, de quien, seg?n el Sr. Carreras Candi, se registran haza?as comparables a las de H?rcules.

Hasta el a?o 1839 existi? en Amurrio una torre antiqu?sima que perteneci? al Duque de Berwick, el cual percib?a por juro los frutos decimales.

En 1813 se reuni? all? la divisi?n espa?ola, al mando de D. Pedro Gir?n, encamin?ndose a Vitoria para tomar parte en la batalla de este nombre.

Durante la guerra civil Amurrio sirvi? m?s de una vez de cuartel general a las tropas del Pretendiente.

MONUMENTOS.

Entre sus edificios notables merecen ser citados: el palacio de Guinea, del antiguo linaje de los Cejudo, que tiene una fachada con notables p?rticos ojivales y dos escudos labrados primorosamente en piedra; el Ayuntamiento, construcci?n de severas l?neas grecorromanas, con tres arcos de entrada al p?rtico en su planta baja, y otros tres que dan al balc?n de su planta principal; y la iglesia parroquial hermoso testimonio rom?nico, notabil?simo por su fachada, con tres columnas rematadas en capiteles muy caracter?sticos y una archivolta valent?sima, de airosas curvas y elegante sencillez.

OBJETOS ART?STICOS.

Seg?n nuestras investigaciones, refrendadas por el autorizado testimonio del p?rroco D. Faustino de Mendieta, no existen tallas, ni lienzos, ni ornamentos, dignos de menci?n, fuera de un c?liz, con un sol entre dos ?guilas, repujado con gracia y delicadeza.

ANDAGOYA

EL LUGAR.

Est? en el Municipio de Cuartango, enclavado en paraje agreste, a la izquierda del ferrocarril de Miranda a Bilbao, cerca de las canteras de Anda y entre pinos y robledales.

Tiene unos 24 edificios y 120 vecinos. Su situaci?n es pintoresca, y sus vecinos, muy industriosos.

HISTORIA

En lo antiguo del valle de Cuartango y todos sus lugares, entre ellos el de Andagoya, formaron hermandad con la cuadrilla de Zuya, y pertenecieron al se?or?o de los Condes de Salvatierra.

Uno de ?stos, D. Pedro de Ayala, que se ali? a la causa de los Comuneros, fu? despojado del se?or?o por el emperador Carlos V, y para que Andagoya no volviese al poder de ning?n Se?or, sus habitantes compraron al Monarca los derechos.

Se gobernaba por dos alcaldes, ambos con iguales atribuciones, nombrados: uno, por los labradores, y otro, por los nobles. ?stos celebraban sus juntas en la hoy derru?da iglesia de San Vitores, y el estado llano, en la que ahora es parroquia de la Asunci?n.

MONUMENTOS.

Nuestra Se?ora est? sentada dentro de la hornacina en un sill?n, y tiene en su regazo al Ni?o-Dios, con la diestra erguida en actitud prof?tica y un libro en la siniestra mano.

Ambas im?genes est?n primorosamente talladas, sobre todo el Ni?o Jes?s, cuyo pelo, rizado en forma de diadema, denota el buen gusto del art?fice.

OBJETOS ART?STICOS.

Fuera de la citada talla, ninguno hay digno de especial menci?n.

ANGOSTINA

EL LUGAR.

A la orilla izquierda del Ega, y a dos kil?metros de Bernedo, de cuyo Municipio forma parte, est? el lugar de Angostina, compuesto de 70 casas y unos 130 vecinos.

HISTORIA

MONUMENTOS.

Su ?nico monumento digno de menci?n es la ermita de San Bartolom?, donde se guarda una imagen de Nuestra Se?ora, tan semejante a la de Andagoya que se dir?a una r?plica.

Iguales actitudes, la misma sensaci?n de naturalismo, se diferencian solamente en que el cetro que ambas sostienen en la mano diestra es en la de Angostina m?s floreado y el rostro de facciones m?s bastas. En todo lo dem?s ambas im?genes son de tan asombroso parecido y de un bizantinismo tan pronunciado, que su clasificaci?n no ofrece dudas de ninguna clase.

A??A

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