Read Ebook: Música y Músicos Portorriqueños by Callejo Ferrer Fernando
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Ebook has 1197 lines and 75486 words, and 24 pages
Nota del Transcriptor:
FERNANDO CALLEJO FERRER.
M?SICA Y M?sicos Portorrique?os.
TIP. CANTERO FERN?NDEZ & CO.
DEDICATORIA.
A MI HIJA
CONSEJO A MARGARITA.
?Dichosos los que saben agradecer!
Si en el divino m?rmol de la gloria, tu humilde nombre se esculpiese un d?a, deber?s a tu patria la alegr?a de obtener tan brillante ejecutoria.
A la patria rique?a, en cuya historia sobresalen los rasgos de hidalgu?a, qu?, vi?ndote luchar con gallard?a, la senda te allan? de la victoria.
?Quiera Dios se realicen tus ensue?os! Y si logras triunfar en tus empe?os alcanzando tu voz fama y honores.
Con el culto a la patria por ense?a, ofr?ndale a tu cuna borinque?a el so?ado laurel de tus amores.
FERNANDO CALLEJO.
SE?ORA ADELA BORGHI, MEZZO-SOPRANO DE FAMA MUNDIAL Y PROFESORA DE CANTO
BAJO CUYA DIRECCI?N HACE LOS ESTUDIOS ART?STICOS EN MIL?N, ITALIA.
MARGARITA CALLEJO.
EL POR QU? DE ESTE LIBRO.
En la gigantesca lucha que, hace cuatro a?os, vengo sosteniendo, con la ayuda de Dios y del generoso pueblo portorrique?o, para ver si las facultades art?stico-vocales de mi hija Margarita, pod?an, por medio del estudio y de la buena escuela, adquirir el desarrollo y finalidad, presagiada por la profesora que en St. Aloysius Academy de New Lexington, Ohio, descubriera aquellas, este libro viene a ser como la campa?a final que habr? de decidir la realizaci?n o p?rdida definitiva del ideal perseguido.
Si entonces estuve vacilante para trazar los planes, pues tem?a que los espejismos del amor paternal me hiciesen concebir ilusiones y esperanzas sin base o causas que las justificaran; cuando, despu?s de un maduro y severo examen, llegu? a la conclusi?n de que, por lo menos, la materia prima exist?a en la garganta, temperamento y vocaci?n de mi hija, me lanc? al combate con valor decidido, llevando la f? por divisa, el deber por escudo, y, como ?nica arma, mi tenaz voluntad.
Todo Puerto Rico debe recordar la forma como obtuve los recursos para llevar a Margarita a Mil?n y los medios l?citos de que me he valido para sostenerla all? hasta el presente.
Ella--y al decirlo no pretendo hacer vaticinio--ha correspondido a los sacrificios del hogar y a la generosidad del pa?s, sintetizada por las subvenciones que le otorgara la Legislatura y ofrendas delicadas de algunos amigos, consagr?ndose al estudio con verdadero ahinco.
Sufriendo privaciones y venciendo dificultades, cada vez mayores a medida que avanza por la escabrosa senda de la carrera art?stica, si alg?n acontecimiento imprevisto no le intercepta el paso, estar? en condiciones para debutar, en la primavera de 1916.
No por falta de f? ni de entusiasmos sino por las especiales condiciones del presente, otra vez la vacilaci?n ha venido a torturar mi ?nimo al pensar sobre la manera de llevar a la pr?ctica lo que considero deber ineludible.
Cuando m?s perplejo estaba para seleccionar medio adecuado, un hecho, realizado sin otra pretensi?n que la de aportar mi grano de arena a la obra grandiosa de la cultura patria, vino a darme la soluci?n.
Esa petici?n despej? la inc?gnita en el problema indicado, decidi?ndome a publicar este libro que tendr? dos objetivos, dentro de una sola finalidad art?stica, a saber: ampliar el bosquejo hist?rico de la disertaci?n citada y adquirir, si el p?blico no le niega sus favores, recursos econ?micos para que Margarita pueda hacer el examen final de la carrera, que no otra cosa es el Debut de una artista.
Cuando regrese a su pa?s, se presentar? tal cual sea, para que los moradores de esta hidalga tierra borincana, sin prejuicios favorables o adversos, confirmen o rectifiquen el fallo que, al rendir los estudios, obtenga en el extranjero.
Yo juro ante Dios que, desde Mil?n, dir? la verdad a Puerto Rico.
Si el ?xito coronase los sacrificios realizados, los laureles ser?n para la patria. Pero, si desgraciadamente el fracaso fuese inevitable, con la tranquilidad de conciencia del que ha cumplido todo lo que el deber exige, lo expondr? sinceramente, retir?ndonos al hogar.
Explicado el por qu? de este libro, r?stame decir que, en realidad, no tendr? precio determinado; el que lo acepte, dar? lo que buenamente pueda o quiera.
Sin tener para nada en cuenta el resultado financiero, puedo asegurar que, si con este humilde trabajo coopero al engrandecimiento del nombre portorrique?o, me sentir? altamente retribu?do.
Esto no es ?bice para que exteriorice, una vez m?s, mi eterna gratitud hacia todos los que me han ayudado en la obra magna de la educaci?n art?stica de Margarita.
FERNANDO CALLEJO.
Manat?, P. R., agosto de 1915.
INTRODUCCI?N.
Aunque el tema de este libro sea el mismo de la disertaci?n que diera ha pocos meses en la Biblioteca Insular, la forma de exposici?n tiene que ser distinta.
La idea fundamental de la conferencia, fu? la de establecer un paralelo entre el pasado y el presente del arte musical, en Puerto Rico, para deducir si hab?a progreso, estancamiento o decadencia.
La del libro, es recopilar los datos dispersos que he podido adquirir acerca del desenvolvimiento art?stico en la isla; exponer juicios m?s o menos extensos sobre los artistas m?sicos que el pa?s ha producido; y catalogar, hasta donde posible sea, las obras de los compositores nativos, como punto de partida para los que en el ma?ana, con mejores t?tulos, se decidan a hacer la historia del arte musical portorrique?o, que permanece in?dita.
El relato hist?rico adolescer?, en muchos puntos, de falta de prueba documental que la acredite ante la cr?tica severa. Esta documentaci?n ha sido imposible obtenerla debido a la carencia de archivos e indiferencia con que, hasta hace poco tiempo, se han tratado todos los asuntos musicales. Por lo tanto, mis afirmaciones se basar?n, unas veces, en referencias tradicionales; algunas, en documentaci?n examinada; y otras, ser?n las resultantes de hechos conocidos personalmente.
Sin galanura de estilo, que no poseo, pero con dicci?n clara, concisa, y, a veces, t?cnica, expondr? mis juicios sobre los artistas y sus obras, teniendo en cuenta el medio ambiente en que se produjeron, pues, de no hacerlo as?, tal vez el libro holgar?a.
En los rubros de las secciones as? como en los juicios que emita sobre cosas y personas, seguir? el orden alfab?tico. Las biograf?as ser?n unas veces extensas y otras limitadas, no porque desee establecer preferencias y s? por no haber obtenido datos que solicit? tenazmente.
Como la cr?tica semeja un arrecife en el que, arrastrados por el oleaje pasional o por defectuosa orientaci?n, van a estrellarse, casi siempre, los buenos deseos del que la ejerce, par?ceme oportuno reproducir aqu?, lo que hace algunos a?os publicara en un peri?dico musical que se editaba en San Juan, bajo la competente direcci?n del Maestro Arteaga, como introducci?n a la biograf?a cr?tica de m?sicos portorrique?os fallecidos, secci?n que hab?a sido encomendada a mi impericia.
Entonces dec?a: "Si en pa?ses acostumbrados al juicio de la sana cr?tica resultan siempre escabrosos para escritores competentes estos trabajos, ?qu? no lo ser?n para quien como yo, carece, en absoluto, de condiciones y tiene que escribir para un p?blico que en su mayor parte desconoce los fundamentos de la cr?tica y beneficios que de la misma se derivan?"
"Criticar no es censurar por capricho o apasionamiento: no es tampoco emitir juicios, m?s o menos extensos, m?s o menos razonados, acerca de una producci?n o de un artista determinado."
"El fundamento principal de la cr?tica es la ense?anza, y su saludable influencia ostenta verdadero alcance, como dijo el cr?tico espa?ol Pe?a y Go?i, 'cuando tiende a penetrar en el fondo de la existencia misma del arte, se?ala los pasos de ?ste, investiga las causas de su marcha, de sus evoluciones, de sus tendencias y lo consigue con el atento estudio del estilo de cada compositor, de las influencias que le rodean o medio ambiente en que se desenvuelve.'"
"Dice el cr?tico germano, Bergman, que es imposible definir la belleza de un modo objetivo; que no puede ser percibida sino de un modo subjetivo, y, por consiguiente, que el problema de la est?tica consiste en definir lo que gusta a cada cual."
"Definici?n es ?sta, completamente opuesta a la del escritor franc?s, Cousin, quien afirma que la belleza descansa siempre sobre una base moral, que puede ser definida objetivamente y es, por su esencia la variedad dentro de la unidad."
"Jouffroy ve?a en la belleza, la expresi?n de lo invisible. Mario Pila... el producto de nuestras impresiones f?sicas. Y Sar Palad?n afirma, que la belleza es una de las manifestaciones de Dios."
"Prescindiendo, por no cansar a los lectores, de otras teor?as, y ateni?ndome a la afirmaci?n de Sar Palad?n, yo entiendo todo lo contrario: que el arte es una manifestaci?n de Dios, siendo la belleza una de las manifestaciones del arte."
"La belleza, por s? sola, no existe, si no va precedida de la verdad y como secuela de la bondad; y toda obra de arte que no est? inspirada en esas tres cualidades esenciales, no puede ser considerada como tal, pues si solamente fuese bella por la impresi?n grata que produjera en los sentidos, no ser?a art?stica, toda vez que carecer?a de la verdad que es la que impresiona el sentido moral, y de la bondad, consecuencia que debe buscarse en los efectos que toda obra de arte produce."
"Dice el gran pensador Tolstoy, que el arte no debe ser otra cosa que la expresi?n de la conciencia religiosa de la sociedad, y que cuando las manifestaciones art?sticas no responden a la conciencia religiosa de la ?poca, no deben conceptuarse como tales, puesto que no obedecen a un fin determinado ni contribuyen a la marcha progresiva de la humanidad."
"De acuerdo con las manifestaciones del ilustre ruso, har? mis apreciaciones al estudiar las obras de los compositores nativos." Hasta ah? el art?culo de referencia.
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