Read Ebook: Nuevas poesías y evangélicas con un estudio del Dr. Alfredo Palacios by Almafuerte Palacios Alfredo L Alfredo Lorenzo Commentator
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Ebook has 520 lines and 57381 words, and 11 pages
Commentator: Alfredo L. Palacios
NOTAS DEL TRANSCRIPTOR
La portada de libro fue modificada por el Transcriptor y ha sido depositada en el dominio p?blico.
El ?ndice fue movido del final de la obra al principio.
El criterio utilizado para llevar a cabo esta transcripci?n ha sido el de respetar las reglas de la Real Academia Espa?ola vigentes al momento de la publicaci?n de la obra, en 1918. El lector interesado puede consultar el Mapa de Diccionarios Acad?micos de la Real Academia Espa?ola.
Las reglas de la Real Academia Espa?ola establecen que el acento ortogr?fico en las may?sculas debe colocarse si es que un vocablo lleva tilde. Sin embargo, por una cuesti?n pragm?tica, en las imprentas ese criterio normalmente no era respetado. En la presente transcripci?n se decidi? adecuar la ortograf?a de las may?sculas acentuadas a las reglas establecidas por la RAE.
Errores evidentes de impresi?n y de puntuaci?n han sido corregidos.
ALMAFUERTE
NUEVAS POES?AS Y EVANG?LICAS
CON UN ESTUDIO DEL Dr. ALFREDO PALACIOS
EDITOR CLAUDIO GARC?A SARAND?, 441 1918
?NDICE
P?g.
Al lector 6
Almafuerte por el Dr. Alfredo Palacios 7
Evang?licas 43
?Vade Retro! 72
La Sombra de la Patria 73
Evang?licas 83
Tr?molo 92
F?nebre 98
Serenata 99
El borr?n 101
Evang?licas 104
Al comp?s del coraz?n 105
Almafuerterianas 106
Entre esposos 107
De rodilla 108
?Flores a m?? 110
Vigilias amargas 112
La Inmortal 117
Postal 150
Mi Juventud 151
Mi Fe 152
A la libertad 154
S?lo Dios 156
Nocturno canto de amor 158
M?ter Dolorosa 159
Epilatamio 164
ALMAFUERTE
Discurso pronunciado por el Dr. Alfredo L. Palacios, en el teatro Col?n de Buenos Aires, con motivo del homenaje al poeta.
Cuando un gran poeta se va, el coraz?n del pueblo sufre desgarramientos dolorosos. Es que los poetas son sacerdotes del misterio y del infinito que penetran en lo m?s hondo de las cosas y nos revelan la belleza. En pugna con los ritos consagrados y la estrechez del dogma que asfixia, tienen la amplitud del profeta.
Son los poseedores del entusiasmo y de la esperanza, de la esperanza, que, no obstante tener alas, se qued? entre nosotros, porque amaba a los hombres. Esperar es amar, dijo Guyau, el poeta fil?sofo, y amar es saber esperar al lado de los que sufren.
El poeta es vidente, y por eso conduce y libera los pueblos; canta sus glorias, sus dolores y sus misteriosos anhelos de ascensi?n.
Cuenta Plutarco que los vencedores de los atenienses ante Siracusa perdonaban la vida a todos cuantos pod?an repetirles los versos de Eur?pides...
Y muchos siglos despu?s, cuando la barbarie turca di? un zarpazo a Grecia, el divino Homero, el rudo y genial Esquilo, S?focles, P?ndaro, desde las profundidades de la historia, armaron caballero de la libertad a Byron.
Entre los hombres, los que est?n m?s altos son los poetas. Menester es que as? sea, porque ellos son los vig?as y marcan el derrotero...
Si miramos hacia B?lgica, desgarrada, aparece Verhaeren como si no hubiera muerto y que, cual un profeta que anuncia y gu?a le dice al hombre:
Sube m?s alto, m?s alto: Todo el goce est? en el vuelo.
En la sagrada Francia, Rostand, que espiritualiza la vida, dando as? lo que no pueden dar los fusiles y los ca?ones: la abnegaci?n y la capacidad de sacrificio.
En Italia, D'Annunzio; en Inglaterra, Rudyard Kipling, que exaltan la nacionalidad.
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