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Read Ebook: Páginas escogidas by Machado Antonio

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Ebook has 542 lines and 24689 words, and 11 pages

P?GINAS ESCOGIDAS

ANTONIO MACHADO

P?GINAS ESCOGIDAS

PROPIEDAD DERECHOS RESERVADOS

Copyright 1917, by CASA EDITORIAL CALLEJA

Imprenta de Bernardo Rodr?guez.--Barquillo, 8.--Madrid.

ANTONIO MACHADO.

NOTA BIOGR?FICA

Nac? en Sevilla una noche de Julio de 1875, en el c?lebre palacio de las Due?as, sito en la calle del mismo nombre. Mis recuerdos de la ciudad natal son todos infantiles, porque a los ocho a?os pas? a Madrid, donde mis padres se trasladaron, y me eduqu? en la Instituci?n Libre de Ense?anza. A sus maestros guardo vivo afecto y profunda gratitud. Mi adolescencia y mi juventud son madrile?as. He viajado algo por Francia y por Espa?a. En 1907 obtuve c?tedra de Lengua francesa, que profes? durante cinco a?os en Soria. All? me cas?; all? muri? mi esposa, cuyo recuerdo me acompa?a siempre. Me traslad? a Baeza, donde hoy resido. Mis aficiones son pasear y leer.

SOLEDADES 1903

SOLEDADES, GALER?AS Y OTROS POEMAS 1907

EL VIAJERO

Est? en la sala familiar, sombr?a, y entre nosotros, el querido hermano que en el sue?o infantil de un claro d?a vimos partir hacia un pa?s lejano.

Hoy tiene ya las sienes plateadas, un gris mech?n sobre la angosta frente, y la fr?a inquietud de sus miradas revela un alma casi toda ausente.

Desh?janse las copas oto?ales del parque mustio y viejo. La tarde tras los h?medos cristales se pinta, y en el fondo del espejo.

El rostro del hermano se ilumina suavemente. ?Floridos desenga?os dorados por la tarde que declina? ?Ansias de vida nueva en nuevos a?os?

?Lamentar? la juventud perdida? Lejos qued?--la pobre loba--muerta. ?La blanca juventud nunca vivida teme que ha de cantar ante su puerta?

?Sonr?e al sol de oro de la tierra de un sue?o no encontrada, y ve su nave hender el mar sonoro, de viento y luz la blanca vela hinchada?

?l ha visto las hojas oto?ales amarillas rodar, las olorosas ramas del eucaliptus, los rosales, que ense?an otra vez sus blancas rosas...

Y este dolor que a?ora o desconf?a el temblor de una l?grima reprime, y un resto de viril hipocres?a en el semblante p?lido se imprime.

Serio retrato en la pared clarea todav?a. Nosotros divagamos. En la tristeza del hogar golpea el tic-tac del reloj. Todos callamos.

La plaza y los naranjos encendidos, con sus frutas redondas y risue?as.

Tumulto de peque?os colegiales que al salir en desorden de la escuela, llenan el aire de la plaza en sombra con la algazara de sus voces nuevas.

?Alegr?a infantil, en los rincones de las ciudades muertas!...

?Y algo nuestro de ayer, que todav?a vemos vagar por estas calles viejas!

EN EL ENTIERRO DE UN AMIGO

Tierra le dieron una tarde horrible del mes de Julio, bajo el sol de fuego.

A un paso de la abierta sepultura, hab?a rosas de podridos p?talos, entre geranios de ?spera fragancia y roja flor. El cielo puro y azul. Corr?a un aire fuerte y seco.

De los gruesos cordeles suspendido, pesadamente, descender hicieron el ata?d, al fondo de la fosa, los dos sepultureros...

Y al reposar son? con recio golpe, solemne, en el silencio.

Un golpe de ata?d en tierra es algo perfectamente serio.

Sobre la negra caja se romp?an los pesados terrones polvorientos...

El aire se llevaba de la honda fosa el blanquecino aliento.

Y t?, sin sombra ya, duerme y reposa; larga paz a tus huesos...

Definitivamente, duerme un sue?o tranquilo y verdadero.

RECUERDO INFANTIL

Una tarde parda y fr?a de invierno. Los colegiales estudian. Monoton?a de la lluvia en los cristales.

Es la clase. En un cartel se representa a Ca?n fugitivo, y muerto Abel, junto a una mancha carm?n.

Con timbre sonoro y hueco, truena el maestro, un anciano mal vestido, enjuto y seco, que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil va cantando la lecci?n: "Mil veces ciento, cien mil; mil veces mil, un mill?n."

Una tarde parda y fr?a de invierno. Los colegiales estudian. Monoton?a de la lluvia en los cristales.

Yo voy so?ando caminos de la tarde. ?Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!...

?Ad?nde el camino ir?? Yo voy cantando, viajero a lo largo del sendero... --La tarde cayendo est?.--

"En el coraz?n ten?a la espina de una pasi?n; logr? arranc?rmela un d?a: ya no siento el coraz?n."

Y todo el campo un momento se queda, mudo y sombr?o, meditando. Suena el viento en los ?lamos del r?o.

La tarde m?s se obscurece, y el camino, que serpea y d?bilmente blanquea, se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a pla?ir: "Aguda espina dorada, ?qui?n te pudiera sentir en el coraz?n clavada!"

Hacia un ocaso radiante caminaba el Sol de est?o, y era, entre nubes de fuego, una trompeta gigante, tras de los ?lamos verdes de las m?rgenes del r?o.

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